Recursos comunitarios Obtenga naloxona

La naloxona es muy segura y salva vidas. Se puede administrar a cualquier persona que muestre signos de una sobredosis de opioides, incluso si no está seguro de si ha consumido opioides. La naloxona no es adictiva y no se puede usar para drogarse.

Una guía de inicio rápido en la caja brinda instrucciones para cada producto y debe leerse con anticipación.

Se ha demostrado que la naloxona es extremadamente segura y no tiene efectos negativos en el organismo si la persona no ha consumido opioides. También se puede usar en mujeres embarazadas y niños en situaciones de sobredosis.

Las personas con dependencia física a los opioides pueden presentar síntomas de abstinencia a los pocos minutos de recibir naloxona, pero esto es normal porque significa que la naloxona está ayudando a la persona a respirar nuevamente. Los síntomas normales de abstinencia pueden incluir dolores de cabeza, cambios en la presión arterial, ansiedad, frecuencia cardíaca acelerada, sudoración, náuseas, vómitos y temblores. Estos síntomas generalmente no ponen en peligro la vida, pero pueden resultar incómodos. Siempre llame al 911 en caso de emergencia por sobredosis.

Los productos de naloxona para uso en emergencias comienzan a actuar a los pocos minutos de ser administrados y deberían ayudar a la persona a despertarse y respirar nuevamente. Después de administrar una dosis de naloxona (aerosol, inyección, etc.), continúe con la respiración boca a boca. Si la persona comienza a respirar o necesita dejarla para recibir ayuda, coloque a la persona en posición de recuperación:

Puede encontrar instrucciones adicionales en la caja del producto o en línea buscando "posición de recuperación".​

• Si la persona no responde a la primera dosis de naloxona en un plazo de dos a tres minutos, se debe administrar una segunda dosis, después de colocar a la persona nuevamente boca arriba. Se pueden administrar dosis adicionales cada 2 o 3 minutos si la persona no comienza a respirar.
• Deje de administrar naloxona cuando la persona esté respirando normalmente, incluso si aún no está despierta.
• Importante: si usa un aerosol nasal, una segunda dosis requiere una segunda botella de aerosol (atomizador).
• La naloxona actúa durante 30 a 90 minutos, pero debido a que muchos opioides permanecen en el cuerpo más que ese tiempo, es posible que una persona muestre signos de sobredosis una vez que desaparece el efecto de la naloxona. Por ello, uno de los pasos más importantes es llamar al 911 para que la persona reciba atención médica para monitorear su respiración y tratar estos posibles efectos. Espere a que llegue el personal de emergencia y asegúrese de informarles sobre los productos y las dosis que le dio al paciente. Asegúrese de desechar todas las botellas de aerosol y productos de naloxona usados en el recipiente apropiado.

Cualquier persona puede administrar naloxona a alguien que sufre una sobredosis de un medicamento opioide recetado, heroína o una droga que contenga fentanilo. Los aerosoles nasales de naloxona (Kloxxado™, RiVive™, Narcan® o genéricos) no requieren ensamblaje y se rocían en una fosa nasal mientras la persona está acostada boca arriba. No se necesita cebado. Cada caja viene con dos botellas con atomizador en caso de que se necesite una segunda dosis. Un producto de naloxona inyectable (Zimhi®) también está disponible con receta médica.

Llevar naloxona no significa que esté animando a la gente a hacer un mal uso de opioides u otras drogas. Simplemente significa que está listo para salvar una vida en caso de sobredosis.

Para obtener más información sobre las leyes que protegen a las personas que recetan, portan y usan naloxona, visite el sitio web de Kentucky Harm Reduction Coalition.

Si usted o un ser querido tiene problemas con el consumo de opioides, debe tener naloxona a la mano. Pida a sus familiares y amigos que lleven naloxona consigo y hágales saber dónde está su naloxona, en caso de que necesiten usarla.

Las personas que anteriormente consumían opioides y los dejaron tienen mayor riesgo de sufrir una sobredosis si vuelven a consumirlos. Esto incluye a personas que han completado un programa de desintoxicación o han sido liberadas recientemente de la cárcel, de un centro de tratamiento residencial o del hospital. Estas personas ahora tienen una menor tolerancia a los opioides y pueden sufrir sobredosis más fácilmente.